«Vuélveme a contar aquella historia. Van ochenta veces, pero vértela narrar es pura gloria. Dichosos los momentos donde las almas claman “¡Abajo los lamentos!¡Arriba los que aman!”
Retumba en mi cabeza esta estrofa mientras camino parsimoniosamente bajo el frío que lentamente abrasa mis pulmones al inhalar. Ando, paso a paso, con una sonrisa esbozándose en mi cara mientras «Voy a celebrarlo» de Lágrimas de Sangre -mi canción favorita ahora mismo- suena por los auriculares. Siempre logra hacerme sonreír aunque hoy, otro motivo logra que deambule alegremente hasta mi casa aunque sean las seis de la mañana, sea de noche en Elverum y las gélidas calles aun no estén puestas aún: Acabo de dejar a mi amiga Sandra a la estación de bus para que ella pueda llegar al aeropuerto y tome un avión de regreso a Barcelona, tras una corta pero balsámica estancia en Noruega: su primera vez aunque no la ultima, pues asegura le ha encantado y volverá.
Desde luego, hay despedidas que no saben a amarga hiel, sobretodo cuando dichas visitas dejan su huella y su energía, logrando que uno recargue las pilas que inexorablemente se desgastan con el oscuro invierno del Norte y la asesina nostalgia que acongoja de vez en cuando por tener tu hogar y a los tuyos tan lejos.
Y de esto, amigos míos, va hoy el post que escribo: Visitas.
Hoy va sobre esas personas que un día deciden plantarse delante de la puerta de tu casa tras haber viajado en avión/barco/coche/globo aerostático… ¿transbordador espacial?, durante una, tres u ocho horas de trayecto, simplemente por el mero hecho de que sus ganas de verle a uno le había nacido en lo mas profundo de su ser y en sus labios se cinceló un expresivo «¡Vamos!». Simple y llanamente.
Esas personas que, no importa cuán lejos esté uno de ellos o durante cuánto tiempo no mantengamos una conversación… nada parece haber cambiado el día que los planetas y los astros se alinean convenientemente y deciden que ya va siendo hora de quedar con ese amigo para charlar mientras nos tomamos una cerveza fría o un buen café mientras el tiempo logra congelarse y no hacemos nada mas que sonreír, averiguar como le va a uno y otro, tertulia insustancial o trascendental que solo los amigos de verdad logran comprender y comprenderse, abrazos envueltos en silencio que expresan más que cualquier buena palabra dicha y cómo no, recordar los viejos tiempos (narrar aquella historia ochenta veces y aun así, lograr que en la octogésima primera vez consiga hacerte sonreír como la primera).
Soy consciente de estos tiempos que corren y debido a la precaria economía de muchos, es complicado realizar un viaje para ver a alguien que se aprecia. También tengo en cuenta que para muchos, viajar a Noruega significa visitarme en Invernalia, con sus caminantes blancos, oscuridad y temperaturas tan bajas y perennes que vuestros nietos nacerían y morirían en el Frío (si, amigos, ha sonado muy freak y seguramente, todo aquel que no haya leído/visto Juego de Tronos, le sonará a chino… para más muestras, clicad el enlace para saber de lo que hablo).
Si, es un esfuerzo en muchos sentidos y por ello, aprecio que los amigos, esa familia que eliges y a su vez te eligen como la suya, tenga el compromiso y las ganas de regalarte su tiempo para compartirlo contigo. Exageraciones e hipérboles de Juegos de Tronos aparte, es por ello que valoro muchísimo el gesto de todos aquellos que decidieron buscar un hueco en sus apretadas agendas y rascarse los bolsillos para viajar hasta Elverum para verme. Aún lo hace más valioso el hecho de no haber tenido muchas visitas durante estos tres años fuera y cada una de ellas me han emocionado y aún hoy día logran emocionarme a más no poder (incluso, hay quien me ha visitado dos veces, cosa que aprecio infinitamente: Si lees esto, Ingrid, aunque a veces quisiera arrancarte la cabeza para dársela a las orcas y siendo también consciente de lo toca pelotas que puedo llegar a ser contigo, agradezco muchísimo tus visitas, jajajajaja).
Por supuesto, no pretendo con ello menospreciar y relegar a un segundo puesto a las visitas familiares: que nuestros padres o hermanos y hermanas vengan un día a veros, viviendo tan lejos, es algo maravilloso y a la par que necesario por qué todos aquellos que decidimos partir y viajar muy lejos para establecernos en otro lugar, unas veces más remoto que otro, nos llevamos un pedazo de nuestro hogar y nuestra gente: De suma importancia es que ese atisbo de uno mismo que permanece remotamente lejos, venga de vez en cuando a saludarte, portando su mejor sonrisa. Por ello y para que vosotros, lectores, no creáis que soy un miserable desagradecido que no valora tener a papá y mamá de visita, trataré la alegría y el deleite que produce la presencia de mi querida y encantadora abuela, en otro post.
Hoy pongo nombre a esas personas y dedico este escrito aquellos que me han honrado con su presencia, me han regalado su cariño, logrando que en mi cara se esboce la más amplia de las sonrisas y con sus abrazos han conseguido que este barcelonés se sienta más cerca de su hogar.
Ana, Carlota, Ingrid, Toni, Lora, Sandra…. millones de gracias a todos vosotros, no hay suficientes idiomas, palabras o modos para agradecer vuestra presencia en Noruega a lo largo de estos tres años, no imagináis lo necesario y reconfortante que es teneros aquí unos instantes… esto va por vosotros.
(Haced clic a este enlace para escuchar la canción de Jon Tarifa, Don’t Go en YouTube mientras veis en esta página a esas personas)
…Y por las que estén por llegar: Skål!!!! 😉
Me gustaMe gusta
Amen…. te echo de menos y tengo ganas de verte ya lo sabes!!
Me gustaMe gusta
Hola ¿Que tal? Verás, he llegado a tu blog buscando información acerca de accurate care y su trato a los enfermeros que emigran ¿Que puedes contarme al respecto?
Gracias de antemano
Me gustaMe gusta
Hola, muy buenas!! en primer lugar, muchas gracias por entrar a mi espacio y comentar… te diré que Accurate Care funciona como cualquier empresa de colocación de personal sanitario que puedas contactar… una especie de ETT, vaya; he conocido compañeros a los que les ha ido muy bien con ellos y otros que no, cada uno ha tenido su historia personal con AC. Solo puedo decirte que la mía, aunque no empezó muy bien, eso me ayudó a espabilarme con el idioma y eso hizo que al final pudiera trabajar en las mejores condiciones. Por lo que he ido sabiendo a través del resto de los compañeros con los que he ido coincidiendo, las condiciones contractuales han ido variando un poco a través del tiempo y de las siguientes ediciones, por lo que yo te recomiendo que te informes y compares. En mi caso personal, me fue bien un tiempo y luego decidí buscarme la vida en Noruega por mi cuenta, en caso de otros, prefieren seguir con AC por sus condiciones, eso lo debes decidir tu con el tiempo. Te diré, a términos prácticos que con AC hay ciertas facilidades burocráticas y logísticas que te ahorras…. yo te recomiendo que contactes con AC y luego vayas viendo y decidas que quieres tu para ti. El otro consejo es, si decides venir…. ponte duro con el idioma.
Saludos, si necesitas algo mas, contacta conmigo por correo electrónico, es brunnoaq1981@hotmail.es
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por la información, ando algo preocupado porque en algún foro he visto casos de gente que migró con empresa, le hicieron pagar un curso de noruego a precio de oro para finalmente decirles que no sabían nada y dejarlos tirados y endeudados, así que toda info que pueda recaudar es poca, muchas gracias otra vez!
Me gustaMe gusta
Bueno, como te he dicho en la anterior respuesta, desde que yo empecé con ellos, las condiciones del contrato ha ido variando: imagino que también han ido pillándose los dedos con gente a la cual se ha invertido mucho tiempo y dinero en ser instruida y formada para luego irse sin haber podido recuperar la inversión… en mi promoción no pagábamos curso de noruego y en las otras ediciones si… lo que quiero decirte es que, hay que ponerse muy en serio con el idioma para que no usen contigo la excusa del idioma… conozco personas que se han tenido que espabilar mucho cobro tema y han salido adelante…. no te preocupes por ese detalle que tanto te preocupa, si te pones en serio con el tema, trabajo lo te va a faltar….
Me gustaMe gusta