Posts etiquetados ‘enfermería’

Sonó el teléfono a la una de la noche un viernes de libranza, el ruido era estridente y casi molesto en terrible contraste con el apacible silencio que envolvía la habitación y la casa; a decir verdad, parecía que envolvía al vecindario entero. Mi jefa, con voz apurada y a la par que soñolienta en «MODO-me han llamado a las doce de la noche y yo ya estaba en el cuarto sueño, siento importunarte a ti también ON», se encontraba al otro lado del teléfono y con aún más apuro me comentó que la compañera que debiera trabajar durante el turno nocturno estaba enferma y no encontraba a nadie quien la sustituyera (lógicamente, siendo tan tarde) y me llamaba con la esperanza de que yo  pudiera laborar ipso-facto (podía incluso escuchar el roce de sus dedos entrecruzarse que parecían susurrar en un no inaudible y sonrojante «porfa, porfa, porfa», hipérboles aparte). Tras escucharla, decidí que como estaba despierto y las noches las pagan bastante bien en este rincón del mundo, tratando de sacar del aprieto a esa encantadora mujer que tuvo bien a otorgarme la plaza fija y viendo siempre el lado positivo de las cosas (aquí podéis cantar «Always look on the bright side of life«, a lo La vida de Brian), le respondí con un tranquilizador «Ja, jeg kan jobbe, ikke beskymre deg» (Si, puedo trabajar, no te preocupes).

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Como ayer funcionaba la conexión bastante mal, me he visto obligado a esperar hasta hoy para narrar con todo lujo de detalle lo que aconteció ayer. Lo que ocurrió en el hogar de Kvam para ancianos es de aquellas cosas que hacen que a cada minuto que pasa, te das cuenta que si pudieras volver a tener la oportunidad de escoger tu camino, elegirías de nuevo esa opción sin dudarlo. Pero dejadme que empiece por el principio.

El día empezó como empiezan todos los días aquí: a las 6 de la mañana, con el despertador emitiendo el monótono sonido. Desde la cama podía ver, a través de la oscura cortina del dormitorio, que la luz entraba tímidamente por la ventana y anunciaba que hoy iba a ser un día especialmente caluroso. Me levanté cansado, muy cansado mentalmente. Y es que la inmersión lingüística te dota de un desgaste mental brutal, añadiendo también, que me faltan horas de sueño y mi cuerpo me avisa cada día que debo hacerle caso y dormir un rato más. Hice caso omiso a mi cuerpo y me incorporé, me preparé el desayuno y el matpakke (lo que en la tierra conocemos como la fiambrera de toda la vida), me aseé, vestí para las prácticas de idioma y salí de casa, comprobando previamente que disponía conmigo de todo lo necesario para pasar el día en el Kvam Eldresenter: La bolsa con el desayuno, el calzado para las prácticas y la carpeta que contiene los documentos que debo entregar a Randy, la coordinadora del centro, para que los firme.

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¡Hola a todos!

Bienvenidos todos a Taza de Pizarra, el blog de un barcelonés de 32 años,  que está a punto de desembarcar a tierras nórdicas para desarrollar su cometido mas vocacional: ser enfermero. Pero antes de nada, os contaré mi historia y el porqué de un blog llamado «Taza de Pizarra».

Todo empieza cuando un servidor, después de sufrir en sus propias carnes la lacra del desempleo y la crisis en el sector sanitario, comprobando como las puertas de los diferentes hospitales donde ha podido desarrollar algunos años su trabajo como Auxiliar Sanitario y como Diplomado de Enfermería (Hospital Provincial Clínic de Barcelona y Hospital General de Catalunya), cerraban sus puertas a la oportunidad de trabajar dignamente. Así que un día me levanté animado y con una idea en mi mente: trabajar en otro país. Esa idea era muy muy pequeña, y aún lo seguiría siendo si no hubiera sido por la inmensa ayuda de la que fue mi pareja. Ella me animó a seguir y seguir buscando (hasta conseguir lo que hoy ya es un proyecto de futuro. Mil gracias, Mònica).

Me presente al Col·legi Oficial de Infermeria de Barcelona (COIB), es decir, el organismo oficial donde enfermeros y enfermeras de Barcelona deben acudir para poderse colegiar. Fui allí para recibir asesoramiento para poder trabajar en el extranjero y tuve una entrevista con la persona encargada de responder las preguntas que toda persona con las mismas intenciones que yo;

¿Qué debe hacer uno para conseguir trabajo en el extranjero?

Me recomendó que mirara la página de EURES, el portal de trabajo a nivel europeo y huelga decir que había un montón de ofertas de trabajo: de Londres, Irlanda, Bélgica, Alemania… pero hubo una oferta que me llamó especialmente la atención: Trabajo en Noruega.

Presenté la solicitud de la misma manera que lo hice en las otras para los diferentes países y el tiempo transcurrió lentamente hasta que las respuestas a la solicitud se presentaban a mí, una a una. Por el perfil exigido, en algunas ofertas ya había un NO por respuesta, otras había un SI mas bien tímido, como esa oferta de trabajo en Noruega. Pasaban los días y las noticias sobre esas ofertas brillaban por su ausencia. Finalmente, llegó el día: Noruega me llama a trabajar.

Empecé el curso de Noruego a distancia por videoconferencia que ofrecía la Folkeuniversitetet Midt-Norge de Trondheim junto con otros 21 enfermeros y enfermeras de toda España. A medida que pasaba el tiempo, esas personas (que por algún motivo u otro ha hecho que seamos ahora 15) se han convertido en mis compañeros de viaje y se ha forjado un vinculo poderoso. Un grupo que nos une el espíritu aventurero, la pasión por la enfermería y una simple y práctica visión de la vida. Esta será una gran aventura.

Ahora, ha llegado ya el momento de despedirse de todos los amigos y seres queridos, de hacer las maletas y contar los pocos días y horas que me quedan ya aquí y sobretodo, saborear esa sensación de vértigo que me ofrece el cambiar mi tierra por otra bien distinta, así como su cultura y su idioma. ¿saldrá bien?¿saldrá mal? nadie sabe esa respuesta a ciencia cierta pero una persona muy sabia me dijo un día:

SOLO TU ERES EL PROPIETARIO DE TU PROPIO DESTINO

Y eso es lo que voy a hacer: buscar mi camino, mi destino y mi futuro.

No quiero alargarme mucho en el post de hoy, solo finalizar con la pregunta que algunos quizás os estáis formulando: ¿Porque este blog se llama como se llama?

La respuesta es muy sencilla: en una de las fiestas de despedida, concretamente la que me organizaron mis estimados compañeros del Hospital Clínic de Barcelona, uno de los regalos fue una taza de café cuya forma es parecida a las tazas de café de Starbucks, pero con la particularidad que esta taza era de color negro con la tapa de silicona. Lo mejor de todo de esta taza es que es negra y se le pueden escribir o dibujar cosas con tiza blanca o de color. Y este regalo, aunque parezca una tontería  me encantó y me dio la idea de poder escribir mi vida y vivencias en Noruega a través de las palabras y la fotografía en una simple taza pizarra.

Espero que disfrutéis leyendo mis batallas, sentimientos y vivencias tanto como yo disfruto de esta fantástica aventura.

-Bruno-