Taza de Pizarra

La Habana, Cuba. 2020

Hola de nuevo, queridos amigos lectores de este espacio mío que había dejado olvidado en algún rincón del ordenador y también de mi mente. Ha pasado una eternidad y francamente, no sabría por dónde empezar. Imagino que empezaré por el principio, disculpándome por tan larga ausencia debida a la falta de tiempo, viajes, ritmo de vida, quehaceres diarios, cambios en las prioridades e incluso falta de motivación. Fuera el motivo que fuera, más de dos años han pasado desde la última vez que publiqué mi última aventura realizada en 2018… pero aquí estamos, mis queridos amigos de La Taza, de nuevo con ganas renovadas de escribir y plasmar vivencias, como siempre, no por un afán exhibicionista o por necesidad de explicar mi vida (me gusta plasmar mis vivencias con cierto detalle y fidelidad a la realidad, pero creo que a nadie le interesa conocer qué he desayunado esta mañana o con quien me tomé una cerveza hace dos semanas 😉 ), sino más bien con el objetivo que siempre me empujó a iniciar este blog: Informar y mostrar a mi familia y amigos qué era de mi vida en las tierras nórdicas.

Hoy día son tiempos difíciles para toda la población mundial y con todo lo que ello conlleva (un conflicto económico, de salud y sanitario sobretodo) y salvo que algún lector haya permanecido en coma, secuestrado o escondido en alguna cueva o jungla del Mar Índico, es poco probable que se haya mantenido al margen y desconozca lo último acontecido y que es de preocupación a escala mundial: Un virus llamado COVID-19, más conocido como Coronavirus (debido a su forma de corona o halo), ha logrado diseminarse por todo el planeta, logrando alcanzar proporciones pandémicas. No pretendo ahora mismo hacer un post técnico y detallado sobre la infección en cuestión, para ello tenéis disponibles, innumerables páginas web como la del Gobierno de España, Ministerio de Sanidad, la Organización Mundial de la Salut (OMS) o diversos videos de Youtube. Aún así, como enfermero y por tanto, agente de la salud que soy, debo insistir en una serie de puntos que, en pleno siglo XXI deberían darse por sabidos (y parece que no):

• Semmelweis, un famoso médico húngaro, insistió en un punto importante y crucial: ¡LAVAOS LAS P***S MANOS! Cada vez que uno sale de casa y hace uso del transporte público, va a comprar al supermercado, manipula el teléfono móvil, come, se atusa el bigote o se aprieta la espinilla de la barbilla, se suena los mocos, tose, etc…. se expone a contagiarse e incluso a transmitir el virus por contacto directo mediante las manos. Es vital concienciarse que realizar un efectivo lavado de manos con jabón antiséptico y gel hidroalcohólico (antes de salir y sobretodo, al llegar a casa) ayuda a disminuir el riesgo de infección y propagación de la enfermedad. Recomiendo encarecidamente llevar consigo una botellita de gel hidroalcoholico como el Sterillium en el bolso o bolsillo de la chaqueta y realizar un lavado de manos rápido con el líquido, antes y al salir de establecimientos, sobretodo centros sanitarios, transportes públicos y/o tiendas donde pueda haber gente y aglomeración: no será un lavado de manos efectivo al 100% pero ayudará a mantener a raya los agentes patógenos hasta poder realizar un correcto lavado de manos posterior.
• El virus sobrevive en las superficies desde unas seis horas hasta varios días, dependiendo del tipo de material donde se posa el virus. Sabiendo eso, es importante tratar de no tocar dichas superficies (paredes, barandillas de escalera, barras y sujetamanos en transportes públicos o el mismo suelo, por ejemplo) si no es estrictamente necesario y en caso de hacerlo, acordaos de A) procurar no tocar el propio rostro o el de los demás y B)¡LAVAOS LAS MANOS!.
• El siguiente punto es extensible al anterior y algo que parece no tener en cuenta la gente: El instrumento más sucio y más expuesto a los virus y otros agentes patógenos es, por supuesto: el teléfono móvil. Lo usamos por todas partes y en todo momento; tras haber hecho uso del transporte público, lo acercamos a nuestros rostros para llamar a la abuela Pepita o al repartidor de comida a domicilio, se lo dejamos a nuestro sobrino pequeño para que juegue al Candy Crush pero previamente estuvo jugando en el parque con otros niños de manos sucias, etc.
  

  TOCA LA FOTO PARA VER A LA NIÑA CUMPLIENDO LAS RECOMENDACIONES SANITARIAS 😉

• Cuando lleguemos a nuestros respectivos domicilios, haced de la limpieza de vuestro aparato comunicador, una extensión más del lavado de manos (¡Ojo!, que no he dicho que sumerjan vuestro iPhone bajo el grifo, con un trapo humedecido en solución alcohólica bastará).
• En caso de estar en las calles, tratemos de mantener una distancia de seguridad de mínimo metro y medio entre nosotros y el resto de personas, para evitar propagar el virus.
• Los signos y síntomas de la infección de esta enfermedad respiratorio son fiebre, dificultad para respirar, dolor general y tos seca. Si una persona que ha tenido o sospecha de haber tenido contacto con una persona que ha dado positivo en las pruebas de detección de la enfermedad, presenta estos síntomas, que no vacile y llame cuanto antes al teléfono de emergencias para poder recibir una correcta y detallada información sobre cómo proceder: importante no dejarse llevar por el pánico y acudir a los centros sanitarios sin previa orientación, a fin de no colapsar dichos centros y propagar sin intención la enfermedad en caso de estar infectado.
• El virus se transmite por contacto directo: Habitando en las superficies (tal como se ha descrito en el punto anterior) debido al mismo contacto con las manos sucias o al toser o estornudar, las partículas que expulsamos por la cavidad bucal o nasal -pudiendo contener carga viral en mayor o menor medida-, pueden ser proyectadas hasta siete metros de distancia, pero es conocido que el virus no flota por el aire. ). Debo insistir en taparnos la boca con la cara interna del codo en lugar de las manos para evitar ensuciárnoslas con las partículas que hemos expulsado y diseminar la infección por contacto directo (recordad los puntos dos y tres).
• Las autoridades sanitarias y los gobiernos de todos los países han insistido en quedarse en casa en régimen de confinamiento durante un periodo MÍNIMO de quince días para frenar la propagación del Coronavirus. Insisto en la importancia y la gravedad de la situación y por ello, animo a todos vosotros a ¡QUEDAROS EN CASA! (Todos los profesionales sanitarios no están saliendo de casa todos los días, exponiéndose, jugándose la salud propia y la de sus seres queridos para que tu, ¡si, tu!, abandones el confinamiento y vayas a pasear con tus amigos, salgas de fiesta, vayas a comprar el pan tres veces una misma mañana y en definitiva, ayudes a propagar la infección, demostrando tu absoluta falta de empatía y tu poco respeto hacia los demás 😦  ).

Dicho el último punto, hoy, diecisiete de marzo de 2020, me encuentro en mi cuarto día de cuarentena, tratando de mantenerme ocupado (afortunadamente dispongo de múltiples elementos de distracción: libro electrónico con una amplia colección de literatura, sobretodo de género zombie 😉 , cubo de Rubik versión Hellraiser para freaks pro y amantes del cine de terror, ordenador portátil con mucha película -también de zombies-, Netflix, y una amplia terraza donde poder hacer ejercicio y tomar el sol si las condiciones climatológicas lo permiten. Moraleja: IMPORTANTÍSIMO MANTENERSE OCUPADO Y DISTRAÍDO PARA HACER DE NUESTRO CONFINAMIENTO, MENOS DURO.

Buscando el lado positivo de la situación, es también un momento perfecto para hacer limpieza de tu propia casa, tener conversaciones amenas y distraídas con tus padres y/o seres queridos que comparten el mismo confinamiento que uno, jugar a juegos de mesa con dichas personas, etc. (en definitiva, pasar ese tiempo con esa gente que, sin esta situación excepcional, no tendríamos para con ellos debido a otras prioridades y quehaceres diarios).

Sin pretender extender este post de regreso, no me gustaría despedirme de todos vosotros sin antes hacer un pequeño apunte, más bien, un pensamiento en voz alta escrito: Últimamente, con la situación de pandemia que vivimos, ha aflorado cierta empatía y el gesto viral de congregar a la población mundial para que, a cierta hora de la noche, se asome por ventanas y balcones con la intención de aplaudir en gesto de respeto y agradecimiento al personal, tanto sanitario como no sanitario, por el esfuerzo heroico de luchar y proteger a esas personas que se hallan en el hospital debido a la enfermedad.

Veo cada día dicho gesto y pienso:

GRACIAS POR LOS APLAUSOS, TODOS MIS COMPAÑER@S DE BATALLA Y YO APRECIAMOS ESAS MUESTRAS DE CARIÑO, PERO AÚN MÁS APRECIARÍAMOS QUE EN LUGAR DE CITAROS CADA DÍA A LAS LAS NUEVE DE LA NOCHE PARA ELLO, CON EL APOCALIPSIS YA DESATADO, PROCURARAIS VOTAR A PARTIDOS POLÍTICOS QUE APUESTEN POR LA SANIDAD PÚBLICA Y NO EN RECORTES A ÉSTA. DE SER ASÍ, ENFERMER@S COMO YO NO ESTARÍAN OBLIGAD@S A EXILIARSE Y MIS COMPAÑER@S TENDRÍAN SUELDOS DIGNOS Y CONDICIONES DE TRABAJO MÁS QUE ADECUADOS. AGRADECEMOS LOS APLAUSOS Y LAS MUESTRAS DE CARIÑO, PERO MÁS AGRADECERÍAMOS QUE CUANDO SALGAMOS A LAS CALLES PARA LUCHAR, AHORA Y SIEMPRE, CONTRA LOS RECORTES, HUBIERA MÁS GENTE APOYANDO AL SISTEMA DE SALUD, DE ESTA MANERA NO HABRÍA LA SITUACIÓN QUE ACTUALMENTE VIVIMOS SUFRIMOS, EN UN FUTURO.

…. Y PERDÓN SI ALGUIEN HA PODIDO SENTIRSE OFENDIDO.