Hoy hace un día esplendido en la ciudad de Ås, con un brillante sol cálido y un cielo azul, que contrasta con la temperatura moderadamente baja en la calle. Pero antes, narraré mis dos días anteriores a mi llegada:
El avión salió de Barcelona a las ocho y media, puntual. En mi viaje, me acompañaban Nerea, mi compañera de alegrías y penurias, y también Valentín, la pareja de Laura de Albacete, que ya se encontraba en territorio noruego, esperándolo. Fue un viaje que transcurrió sin incidentes, rápido. Llegamos al aeropuerto de Oslo, el Gardermoen, a eso de las doce de la noche, ataviados con nuestras maletas y cogimos el tren que hay en el mismo aeropuerto hasta llegar a Skøyen, donde Laura nos esperaba para recogernos a todos y llevarnos a nuestro destino. Durante el trayecto, que duró aproximadamente cuarenta minutos, Laura nos puso un poco al día de la situación aquí y bueno, lo único que puedo decir es que estoy ansioso por empezar a laborar.