La locura ha vuelto: Tough Viking Oslo 2016

Publicado: 7 junio, 2016 en Noruega 4.0
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La locura ha vuelto. Volvimos a la guerra con esa sensación que tiene uno cuando la adrenalina se le sube por la espalda y recorre cada poro de su piel hasta hacer que esta se constriña en un gran estremecimiento y un sudor frío. La Tough Viking de Oslo llegó. Y llegó en una edición muy diferente a la anterior por diversas razones que por supuesto, un servidor os va a narrar con todo lujo de detalle.

Para ello, debo remontarme en el momento que, aparte de ser abanderado de Spartan SGX Green District en el Norte (Seee, ha sonado bastante a «¡¡El Rey en el Norte!!«, muy a Juego de Tronos) y vestir con la marca Xforce Spartan Green District, decidí que correría cada carrera con una camiseta especial (que la marca Xforce tuvo bien a elaborar para mi) para dedicar y por supuesto, alentar a mi modo a Carlos, un buen amigo cuya fatalidad llamó a su puerta: le fue diagnosticado un cáncer linfático tipo Hodgkin bastante extendido, a la edad de treinta y cinco años. Para el que no este informado al respecto, es un tipo de cáncer llamado linfoma que se origina en los glóbulos blancos, llamados linfocitos. Sobre este tipo de cáncer podemos discernir el tipo Hodgkin y el no Hodgkin. La mala noticia es que hablamos de un cáncer propiamente y por ello, es siempre algo serio, pero la buena noticia es que al no tratarse de un No Hodgkin (que dentro de este grupo se pueden hallar diversos niveles y tipos de cáncer y por ende, tratamientos más o menos agresivos dependiendo de tipo), el tratamiento tiene muchas posibilidades de tener un efecto positivo aunque es bien sabido que el Hodgkin también consta de diferentes tipos de linfoma pero relativamente más identificables. No todo eran malas noticias.

¡Qué pequeños son los problemas propios cuando la palabra CÁNCER se le acerca a uno a hurtadillas para atacarle con nocturnidad y alevosía!

Carlos es un luchador y está combatiendo la enfermedad como solo él sabe, aunque a veces la flaqueza puede llegar, pues somos humanos. Es por eso que decidí participar en todas las carreras que me propuse realizar, portando una camiseta en la que se puede leer: «CARLOS, ESTA VA POR TI»; porque los momentos de flaqueza pueden venir por muy luchador que uno sea, y aunque este gesto pueda parecer ridículo y nimio al lado del titánico esfuerzo que mi amigo pueda hacer, es mi modesta forma de decirle, y lamento si parezco soez mentando a Mickey Goldmill, el entrenador de Rocky Balboa: «¡Levántate, hijo de puta! Por qué Mickey Bruno te quiere«. Si lees esto, Carlos, aunque ya lo sabes, pienso en ti y sabes de sobras que saldrás adelante de esto, tío. Eres el autentico Spartan.

Bueno, dejando a un lado la historia de mi amigo, los días transcurrían con absoluta normalidad: entrenando y trabajando pero siempre con la mente fijada en el cuatro de junio, el día del evento. Esta vez, acompañaría a José Luís y a Melania a la carrera: juntos empezaríamos y juntos terminaríamos. Nadie se queda atrás (¡Ohh!, ¡Qué solemne queda siempre esta frase que me recuerda tanto a la banda sonora de Black Hawk Derribado!). Y llegó el día que tuvimos que partir: subimos al bus con calma aparente, como patos en un estanque: tranquilos por encima del agua pero por debajo, revoloteando nerviosamente las aletas.

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Mirad si estábamos nerviosos 😉 Foto: Melania Moreno García

Recorrimos las carretera de Elverum, poblada de los tupidos bosques que tanto me gustan, recorriendo carreteras secundarias y autovías hasta llegar finalmente a la estación de buses de Oslo y solo saltar del vehículo, fuimos prestamente hasta el Intersport del centro para recoger nuestro dorsal y luego tomar algo para relajarnos tras dos horas de trayecto. Luego del pequeño descanso, anduvimos hasta el Central City Shared Apartments, situado en el número veintinueve de Kjølberggata, un hotel dotado de un complejo de apartamentos a compartir bastante amplio. Aunque no esta cerca del centro de Oslo, la estación de metro de Tøyen se encuentra a cuatro minutos de este y uno puede llegar rápidamente a la parte más céntrica de la ciudad. Recomiendo encarecidamente este lugar: habitaciones limpias y un servicio excelente (por no mencionar que pagando un suplemento, obtienes un desayuno de reyes). Tras acomodarnos, fuimos a cenar algo por el barrio más cercano para luego preparar nuestros bártulos y descansar para el día después: Se acercaba la Tormenta (sonidos en off de truenos y música solemne motivadora). En realidad, no sé como dormirían ellos dos, yo desde luego, dormí muy poco, fruto de los nervios. Suele pasarme.IMG_8856

 

La noche dejó paso a la mañana, un día espléndido con un sol de justicia que entraba radiante por la ventana y nos pusimos en marcha como no, con música de motivación, sonrisas y continuamente unos «¡Venga chicos, que lo vamos a hacer muy bien!» para alentar al personal. Tras desayunar como es debido, caminamos hasta la estación con aire y semblante decidido, para coger el metro que nos llevaría a la estación de Voksenkollen, siempre temerosos de no ir en la dirección correcta aunque nuestras dudas se disiparon a medida que los vagones se llenaban paulatinamente de gente portando camisetas, gorras, sudaderas de Tough Viking y miradas de complicidad y concentración: El vagón parecía un avión C-17 Globemaster III transportando a la Fuerza Aerotransportada estadounidense para saltar sobre Francia en la Segunda Guerra Mundial.

Finalmente, llegamos a nuestro destino y una cantidad ingente de personas ataviadas con ropa de deporte, bolsas y la actitud guerrera, saltaron de los vagones para andar por el camino que nos llevaría al Tryvann, la estación de esquí de Oslo. El sol y la ausencia de nubes que pudieran llevar lluvia vaticinaban una carrera muy muy calurosa y auguraban que el astro rey iba a tostarnos poco a poco nuestra piel blancuzca, fruto de nuestras largas estancias invernales en el norte. No podíamos encontrar mejor ambiente mientras los altavoces retumbaban música (Toni Marcos, Coach y alma mater de Spartan SGX Green District, la definiría como «Música de repartir cartas», véase descripción gráfica) sin descanso y el speaker no paraba de alentar a los participantes con arengas de hermandad, gloria eterna y batalla (Si, todo muy Leónidas y sus Trescientos).

Y llegó nuestro turno:

Calentamiento grupal, más arengas y esa constante sensación de la adrenalina bombardeando in crescendo que hace latir los corazones previo a los albores de la tormenta. Y la cuenta atrás empezó: Ten, Nine, Eight, Seven, Six, Five, Four, Three, Two, One… Go!!! y salimos en estampida para enfrentarnos al primer obstáculo: un equipo de fútbol americano que tenia la única y exclusiva misión de placar a todo bicho viviente.. ¡y vaya si placaron!.

La carrera se desarrolló durante los diez kilómetros con una actividad que variaba desde la más frenética hasta la más pausada, eso si, siempre con los constantes obstáculos de rigor: pasar por debajo de redes, meterse en lodazales, subir y bajar redes en vertical, arrastrar adoquines de portentoso peso, pasar por encima de muros, montañas de hielo, subir a ritmo del consumidor (y en la medida de cada uno) cuestas interminables y bajadas escabrosas, obstáculos de equilibrio, obstáculos de levantamiento de peso sujeto en cuerda y polea, saltar brasas encendidas y autenticas humaredas, pasar por las famosas barras de mono, tratar de escalar medio half de skateboard para finalmente llegar al obstáculo que todos temen: sortear una cortina de cables eléctricos por el que pasaba corriente alterna de diez-mil voltios junto con dos sujetos que sonreían malévolamente mientras rociaban agua mediante una manguera a todo aquel que se aventuraba por ese obstáculo. Y un poco más adelante, la meta. Eso si, siempre rodeados por la naturaleza de los majestuosos bosques, los verdes parajes, los lagos y todo aquello que solo Noruega es capaz de ofrecer. Tras pasar el último y más terrorífico obstáculo, nos ataviaron con la merecida y más que esperada medalla negra. Claro esta que tampoco faltaron las fotos de rigor (eso si, terminar la carrera pasando por la trampa de cables eléctricos con unas gafas de Thug Life y que te fotografíen mientras suena mentalmente The Next Episode de Snoop Dogg & Dr. Dre no tiene precio) y el esperado descanso en la verde explanada de los alrededores de la meta.

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Para concluir, primeramente debo decir que ha sido un absoluto placer revivir esta experiencia junto a JL y Melania. En ningún momento desfallecieron ni físicamente ni anímicamente y terminaron la carrera de la misma forma que la empezaron: como unos campeones. Fue un placer comprobar que ambos han querido llegar hasta el final y llevarse la medalla de finisher. Finisher, curiosa palabra: Sé que algunos no entenderán que a veces las cosas no se hacen para ganar o perder; esta carrera o cualquier otra carrera de obstáculos (que por supuesto cada uno participa con la intención que quiera, pretender ganar es muy legítimo) sirve principalmente para que cada uno consiga algo que ya es significativamente difícil: Terminarla, porque no todo el mundo las termina. Sobre la Tough Viking, mi (absolutamente subjetiva) opinión, debo decir que esta edición me ha decepcionado ligeramente. Sé que no uno no debe comparar aunque a veces es inevitable. En si, la comparación recae sobre la edición anterior, cuyo evento nos fue organizado con obstáculos estrella tales como cruzar a nado el lago, bucear este por debajo de unos barriles o subir una cuerda colgada a ocho o diez metros y en la de este año han faltado. Cierto que también han cambiado el recorrido, manteniendo la misma orografía (que ya es dura de por si) y con ello habrán equilibrado la falta de obstáculos estrella. Aún así, no acierto a saber cual ha sido el motivo pero este año terminé con la sensación de haberme cansado mucho menos que en la primera edición y con un leve regusto a faltarme más intensidad: o este año el nivel ha bajado o es que he ido con una forma física notable…. ¡vete tu a saber!

Bien, hasta aquí ha acontecido todo referente a la fabulosa carrera de los países escandinavos. Aunque he tratado de narrar con todo lujo de detalles, habréis notado que en el instante de describir la Tough Viking en si, he sido más bien ligero y parco. Eso tiene un motivo muy lógico: mejor una imagen que mil palabras y si además esa imagen es un vídeo, muchísimo mejor. Os dejo a continuación la grabación que elaboré, arriesgando la integridad de mi móvil en todo momento, para todos vosotros. Disfrutadlo como yo he disfrutado editando el vídeo pero sobretodo, de este evento junto con mis compañeros de aventura noruega y ahora, hermanos de lodo, sudor y polvo.

 

comentarios
  1. […] las personas que si pude ver tenían especiales motivos para ser visitados), por ejemplo a mi amigo Carlos (si, mi estimado amigo que actualmente lucha por su vida), a Lourdes (compañera de aventura noruega […]

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