Taza de Pizarra

No es un post que me hubiera gustado escribir, sobretodo después de tanto tiempo sin escribir. Francamente, no tengo mucho que contar, ya que los días trascurren con bastante monotonía: solo es trabajo e ir a hacer ejercicio alrededor de un campo de fútbol y de vez en cuando, salir a tomar algo con los compañeros. Pero hoy, debo escribir un post importante y merece todo el respeto que un servidor debe darle.

Mientras estaba cenando ayer, llegó hasta aquí la noticia de un accidente ferroviario brutal en Santiago de Compostela. Al principio, había un sinfín de información al respecto y poco esclarecedor a mi entender. Pero hoy, después de leer la prensa y leer que un tren que debía circular a 80 kilómetros por hora en una curva, circulaba a 190, motivando que el tren descarrilara de la forma más violenta. Balance actual del siniestro: 79 muertos y muchísimos heridos. Si una palabra puede definir todo esto, la palabra es: «Triste».

En los albores de la tempestad, toda Galicia se ha levantado hoy con esa palabra en sus bocas y corazones y ha decidido hacer lo mejor que se puede hacer ahora mismo y desde ayer noche: realizar un gran gesto de solidaridad hacía los familiares de los muertos, hacia los heridos. Incluso los equipos de emergencia, Cruz Roja (desde aquí os mando un gran saludo, familia, sabed que de sobras, si no estuviera en tierras nórdicas, estaría con vosotros compartiendo este terrible momento), e incluso el personal sanitario que no trabaja y si trabaja, campan en el Hospital Clínico de Santiago de Compostela faenando codo con codo y dando esa muestra de calidad humana, profesionalidad y sacrificio que el Sistema de Salud Español tiene. Ese mismo sistema que el Gobierno actual pretende privatizar. Poco puedo decir ya de las miles de personas que se agolpan en Unidad del Banco de Sangre, donando de forma desinteresada toda la sangre que uno pueda dar. Encomiable.

Hay veces que, después de trabajar (ya sea en Barcelona o en Noruega) y tener un mal día, me planteo si hice bien en seguir el camino de la rama sanitaria, pero los que me leéis, podéis estar seguros que, después de ver esas muestras de solidaridad y de calidad humana, hacen que me retracte de esas dudas y sienta un profundo respeto y orgullo por pertenecer a una de las mas nobles profesiones que existe.

Desde aquí, Kvam, Steinkjer, Norte de Trøndelag, Noruega, doy un caluroso abrazo a mis hermanos y hermanas de Cruz Roja, Bomberos, los Equipos de Emergencias, médicos, enfermeras, auxiliares y celadores que se ganan su sueldo trabajando hoy y los días que hagan falta, o simplemente trabajen por ese espíritu benevolente y sin animo de lucro, tan solo el personal y tan gratificantemente voluntario de estar allí. Abrazo a aquellas y aquellos que tras esa chispa de solidaridad (y que gran razón tiene el maestro Bumbury: Todo arde si le aplicas la chispa adecuada), ayudan a sacar entre los escombros a los fallecidos y heridos. Abrazo a las familias que han perdido a un ser querido o esperan con nervios e incertidumbre, a uno en el hospital. Abrazo a los que lloran por la tragedia y aún así, siguen en aquellas vías que huelen a muerte y destrucción. Abrazo a Galicia entera y a todos los gallegos.

Desde Noruega, estamos con vosotros, Galicia.