Una vez más, amigos míos, nos encontramos en este espacio, tras una larga (larguísima) pausa desde la última vez que tecleé en Taza de Pizarra. Disculpad mi tardío post, la verdad, desde que llegué a Barcelona tras mi paso por ese fantástico lugar llamado Elverum, no he parado de mantenerme ocupado: Cursos de enfermería, carreras de obstáculos, servicios de Cruz Roja y más de una y mil excusas para no estar frente al portátil. Hoy, he decidido poner al día mi pequeño espacio particular y relataros lo acontecido desde junio hasta hoy día.
Con la verdad en el corazón, quisiera deciros que me encantaría relataros como transcurrió mi paso por Elverum con todo lujo de detalles, pero llevo tanto tiempo sin escribir y el paso del tiempo es tan largo ya, que el recuerdo de este es un poco difuso. Solo me queda decir que he vivido una etapa muy dulce y he conocido a personas excepcionales en este pequeño municipio de Hedmark. Aun así, trataré como siempre, narraros a mi manera (épica, como si fuera Partida y Regreso a la Tierra Media)
De Steinkjer a Elverum
Tras mi despedida en Steinkjer, me dispuse a iniciar el traslado (¡otro más, cómo no!) hasta Elverum, mi siguiente destino. Para ello, Accurate Care AS me proporcionó un coche nuevo para desplazarme hasta la ciudad; ocasión perfecta para usar de nuevo la GoPro que compré y ya puse a prueba con la Tough Viking. Así pues, cargué las maletas y todos mis bártulos al vehículo y tras comprobar que viajaría como un magrebí de mercadillo hacía Algeciras, me puse en marcha y conduje por las serpenteantes carreteras del Nord-Trøndelag hacía el sur a, en teoría, climas más cálidos. Tras más de seis horas de viaje, recorrí asfalto rodeado por los constantes y verdes bosques majestuosos que hasta la fecha, sólo he podido hallar aquí. Lluvia, viento y sol de justicia me acompañaron durante el trayecto hasta finalmente llegar a mi destino.
Elverum es una pequeña ciudad localizada en zona oriental del condado de Hedmark, con un total de más de veinte-mil habitantes. Se trata de una ciudad bañada en extensos bosques y casas de construcción típica noruega unifamiliar. Barrios residenciales y abetos por doquier. Después de detenerme algunas veces para otear el horizonte, comprobar que aspecto tiene la ciudad que me acogerá los siguientes meses, conduje hasta la casa donde viven Jakub y Mirka, compañeros de trabajo de Accurate Care AS, polacos de nacimiento, que como otros o un servidor, decidieron abandonar su país para hallar un futuro más fructífero. Tras encontrarme con la pareja, me mostraron donde sería mi morada, una caserón de color blanco ubicado en la calle Einervegen, una de las pequeñas calles que rayan el pequeño barrio residencial del lugar. Debo reconocer que al principio, me dejé llevar por la ilusión de vivir en una casa con semejante aspecto, pero ese jubilo se desvaneció rápidamente cuando me enseñaron donde iba a vivir: seguí a los polacos a la parte de atrás de la casa hasta bajar unas pequeñas escaleras que conducían a lo que parecía un desván que habían «acondicionado» a modo de cuarto de invitados. Digo «acondicionado» porqué aquel lugar era lúgubre, húmedo y parecía que ningún ser humano lo había pisado en mucho, mucho tiempo. Sorprendido medianamente al principio (la sorpresa es un factor que hace tiempo no poseo ya, después de todo, ya he vivido en autenticas casas del Resplandor y si no, podéis comprobarlo en el siguiente enlace). Rápidamente aquel lugar fue bautizado con el nombre de «Mordor» o «Minas Tirith«, un guiño amistoso y sobretodo justo a Tolkien y su «Señor de los Anillos»: Aún continua llamándose de esta manera.
Una vez instalado en mi habitación, recibo un mensaje de Jakub; debía viajar hasta Ås al día siguiente para recoger a Ivan, otro enfermero que vivirá conmigo. Total: Conducir dos horas de ida y dos más de vuelta. Diez horas de automóvil en dos días. No está nada mal. Dicho y hecho; al día siguiente recorrí la ancha autovía de Oslo hasta dar con la casa de Moegården, Ås. Aparte de recoger a Ivan, un chico dos años mayor que yo procedente de Gran Canaría, pude saludar a viejas caras conocidas e intercambiar abrazos, experiencias en un breve espacio de tiempo y como no, despedirnos con la misma efusividad con la que se saludan los no nórdicos en esta remota tierra. Nos pusimos en marcha, de nuevo cargados hasta los topes con el equipaje del canario y algunas cosas más, necesarias para las casas de Elverum (si, amigos, casas, nuestra manzana esta ocupada por dos casas, la cual una la consta de personal polaco y la casa donde nos hallamos Ivan y yo vivirán el personal procedente de España. En otras palabras, dos guetos en un mismo lugar).
De Iván sólo puedo decir que, aparte de ser enfermero y veterinario, es una persona dotada de una cultura general impresionante y un sentido del humor aún más desarrollado. Lástima que a los tres días de convivir juntos con un absoluto buen rollo, recibiera un mensaje de los jefes para ser nuevamente trasladado a Ås (si, el mismo lugar del que procedía. Hice trescientos cuarenta kilómetros un tanto absurdos).
Al día siguiente de instalarse el canario, recibimos en la estación de tren a José Luis, un malagueño de complexión atlética que, lejos de temer lo desconocido al decidir irse de su tierra natal con sólo veinticuatro años para llegar a Noruega, apareció ante nosotros cargado con dos maletones y una amplia sonrisa. Al día siguiente de irse Ivan con el coche, apareció Alberto, un asturiano de ojos azules, pelo rubio y de aspecto sorprendéntemente nórdico: Descendiente de celtas, quizás. Con este tandem, formamos el Trío Pirata de Mordor: Individuos de baja estofa (pero de buen corazón) sin navío pero si de taberna lúgubre, nuestro hogar.

Arrrrrrr!! Foto:Bruno Aldrufeu Quiñonero
Debo deciros que esta, cuenta con chimenea (dudo que funcione y francamente no deseo poner a prueba), una diana para jugar a los dardos (en cuanto suena «Irish Washerwoman» o cualquier otra canción de índole marinera, convertimos Mordor en un pub irlandés) e incluso una mesa que Alberto, mediante unos tablones, un destartalado pie, dos manos de pintura y una actitud más que pro-activa, ha logrado restaurar y esta hace las delicias en nuestras improvisadas barbacoas al aire libre (bueno, cuando llueve no, y suele llover por aquí). Incluso hemos izado nuestra bandera: La bandera pirata de Calico Jack Racham, junto con un letrero que las manos de Alberto han elaborado: en él se puede leer «Sjørøver bor her» (Piratas viven aquí).
YO-HO, YO-HO, un gran pirata soy!
Alberto, siendo fiel a su espíritu proactivo, convirtió lo que parecía un sucio trastero/garaje, en un modesto comedor/sala de baile/gimnasio (con neumáticos, mancuernas y cuerdas al más puro estilo Crossfit). Como ya bromeamos con él:
Dadle a Alberto un clip, un chicle y una corona noruega y convertirá un carricoche en un Delorean.
Es un artista que, compagina su actitud participativa a la hora de proponer actividades, con su afición a la relajación y a la paz interior. José Luis, por contra, es un individuo deportista, amante del gimnasio y las carreras de obstáculos, como yo. No debo olvidar al componente femenino del baluarte: Melania y Maria, dos chicas de sangre sureña que amenizaban las jornadas y veladas con su simpatía. A todos ellos, les debo quizás mi enorme agradecimiento y cariño, pues su presencia fue un bálsamo cuando ciertas jornadas se alargaban y oscurecían en el mas puro sentido metafórico.
Los días han ido pasando endiabladamente rápido y mientras iba adaptándome y orientándome por a la nueva ciudad en mis ratos libres, he ido trabajando en dos centros de ancianos, Lyngholtet y Jotunhaugen (aprovecho para saludar, si puede leerme y tiene un buen traductor, la jefa de Jotunhaugen, Laila, que me acogió con mucho cariño y a la que espero encontrarme en algún momento del camino en el futuro) durante el turno de noche. Huelga decir que me he adaptado perfectamente a las dinámicas de trabajo de ambos lugares y que, aunque laboro una media de cuatro o cinco noches a la semana, no representa una dinámica estresante, tan solo una carrera de fondo en la que llego a domingo completamente exhausto.

De izq. a Drc.: Alberto, Jose Luís y Yo. Foto: Bruno Aldrufeu Quiñonero
Ya que estoy aquí, no puedo seguir este relato sin narrar que actualmente, estoy saliendo con una chica, una vasca preciosa de ojos azules impresionantes, compañera de profesión que también hizo un largo viaje desde Hernani para trabajar en Noruega; la conocí en Steinkjer brevemente, en unas de esas casualidades de la vida y el reencuentro, en Ås, en una de esas visitas relámpago para ver a Carlota, a mi buena amiga gallega. Lo que aconteció en esos viajes a Ås es otra historia y quizás, con una cerveza en mano os la pueda narrar in situ algún día. O no. 😉

Alberto, Jose Luis, Maria y Melania. Foto: Jose Luís Fernández
Pues bien, tras este cortísimo feedback, cabe decir que el tiempo transcurrió con mucha normalidad y presteza hasta que llegó el final de julio, terminando el contrato con Accurate Care AS, por lo que decidí volver a Barcelona (sin antes pasar por Águilas, un pueblo costero de Murcia cuyo ojos vió a mi abuelo materno nacer; lugar donde procuro veranear siempre que puedo) para un «Año Sabático».
Creéis que durante mi «periodo de reflexión» he pasado todo este tiempo tocándome las narices? Seguid leyendo más abajo, encontrareis mi «Lista de Propósitos en BCN».
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–LISTA DE PROPÓSITOS EN BCN
Esta es la lista de actividades que me propuse realizar una vez llegado a Barcelona. Las propuestas que se hallan tachadas significa que han sido objetivos cumplidos.
· CORRER LA SPARTAN RACE MODALIDAD SPRINT
· CORRER LA ESPARTAN RACE MODALIDAD SUPER
· CORRER LA SPARTAN RACE MODALIDAD BEAST
· GANAR LA TRIFECTA: Objetivo consecuente de correr las tres anteriores carreras: Cada una de las medallas poseen una porción de color que, al unirse, forman dicha medalla.
(Aclaración: Para el que no sepa lo qué és la Spartan Race, puede clicar en este enlace a la página y enlace en este vídeo. A groso modo, es la versión NO nórdica de la Tough Viking)
· REALIZAR EL PHTLS (PreHospital Trauma Life Support): Es un curso sobre Soporte Vital Traumático en Emergencias. Un curso muy cañero y reputado, de acreditación internacional, útil para todos los amantes de la Emergencia.
· CORRER LA DEATH EXPERIENCE: Carrera de Supervivencia y ultra resistencia, organizada por el genial Toni Marcos (Si, el adonis guapetón de la barba y gafas de sol que hay junto a mi en la foto de arriba).

La Calavera y la camiseta con la inscripción «Reborned» (Renacido): los premios por terminar la Death Experience. Foto: Joan Aldrufeu Quiñonero
· SOBREVIVIR A UNA SURVIVAL ZOMBI: Juego de Supervivencia donde tu misión es sobrevivir toda una noche sin que los zombis te atrapen. Participé en Altea (Alicante) junto con Carlota. Video Aquí.
· TERMINAR EL POSTGRADO «EXPERTO EN MEDICINA DE MONTAÑA Y MEDICINA EN EXPEDICIONES»: Curso de acreditación internacional impartido por la Universitat de Barcelona. EN PROCESO!
· REALIZAR EL CURSO TCCC (Tactical Combat Casuality Care): La versión militar y táctica del PHTLS. PENDIENTE!!
· REALIZAR EL CURSO HEMS: Curso de heli-transporte sanitario. PENDIENTE!!
Actualidad
Pues bien, a groso modo, esto ha sido todo lo acontecido desde finales de julio. Actualmente, realizo servicios preventivos con Creu Roja (Cruz Roja Cataluña), entreno de forma regular con Toni Marcos y asisto al postgrado de Medicina de Montaña. En cuanto termine las prácticas del mismo, viajaré a Kjøpsvik, un minúsculo pueblo a dos horas de distancia de Narvik (Si, amigos, !!Por encima del Circulo Polar Ártico!!)
Queridos lectores, este servidor vuelve a las andadas por suelo nórdico, así que, poneos cómodos y esperad a que vuestro correo os notifique nueva entrada al post: Taza de Pizarra vuelve a ponerse en marcha de nuevo!!!
Y ahora, amigos míos, os debo dejar, hay una chica de ojos azules que está a cinco mil kilómetros de mí, con la que tengo ganas de charlar por Skype (En efecto, soy un moñas, !Qué le vamos a hacer!)…. DIOS BENDIGA LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS!!
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