Hoy, 23 de junio, cumple años una persona muy importante para mí. Es la persona que veo reflejada en el espejo cada vez que me miro en él, cada vez más a cada año que pasa. Mi referente a seguir. Esa persona que durante años me ha enseñado a caminar por la vida, ilustrándome con sus consejos (o reflexiones en voz alta, según él, ya que no le gusta dar consejos) y sabiduría que solo la edad y la experiencia puede otorgar. Hoy cumple 60 primaveras mi padre, Juan.
Es un día duro, difícil, cargado de sensaciones y sentimientos, pues sigo feliz en mi nueva tierra, pero el no poder estar en Barcelona con los míos, celebrando este día tan especial, riéndome con mi padre (y quizás instigándolo a que sople 60 velas y comprobar si aún conserva fuelle suficiente para apagarlas todas), con mi madre, mi hermano, mis dos abuelas y con mis tíos, me produce un sentimiento de nostalgia que solo sería apaciguada si pudiera coger un vuelo rápido a Barcelona y volver a Steinkjer ese mismo día. Además, hay celebración doble, puesto que mi padre y mi hermano son Juanes y mañana es su santo también, así que, ¡muchas felicidades a los dos!
Y es que la nostalgia es ese condenado enano que reside en nuestro interior y de vez en cuando, realiza un fabuloso y hermoso nudo marinero con nuestro estómago y garganta, apretando como solo él sabe, cada vez más y más, hasta que irremediablemente terminas por llorar para deber poder ahogar al maldito enano. No es tristeza, tan solo, un día de festejo y nostalgia. Pura y simple nostalgia.
Me he levantado esta mañana y el enano ha empezado a apretarme la garganta y al encender el ordenador, he puesto una canción: “Ho hey” de The Luminners y la nostalgia ha llegado a las cotas más altas. Una canción provista de una capacidad brutal de transmitirte una sensación de buenrollismo y esperanza increíbles. La misma canción que sonaba en mi mente el día que cogía el avión que me llevaría hasta aquí y mientras giraba mi cabeza y observaba por última vez a mis padres y decía el último adiós a mi tierra, solo había un todo va a ir bien, en mi mente.
Des de Noruega, alzo mi taza llena de cerveza de Oslo y con mi mano el pecho, brindo por ti, papa, que cumplas muchísimos más, confiando en poderlo celebrar con todos vosotros el día que vuelva. Tan solo me queda algo por decir:
Papa,
Moltes Felicitats,
Gratulerer med da’n.
T’estimo.
Gràcies Bruno per ser com ets. Ja hem parlat abans. El teu video ha estat el millor regal que podía rebre avui. De ben segur que hi hauran molts més aniversaris/festes, etc. per fer-ho tots junts. T’ESTIMEM. PETONS.
Quan era petit, la meva avia em deia, » llora, llora que se te harán los ojos grandes. Avui els dec tenir com a plats «
Que tinguis un gran dia, papa. Des d’aquí, el celebraré com aquí es celebren les coses: barbacoa i cervesa. Esperem que el temps acompanyi. Una abraçada!
No …
Si al final …
Ja m’ heu fet plorar .. i d bon mati!
Pero d’ emocio….de la mes maca!!
Es que com que soc mare tb
Snif, snif
Enhorabona a tots dos per aquesta relacio tan especial q teniu.
Ara ho veig clar:
«D tal palo… tal astilla.»